André Luiz
E – Cap. XVII – Párrafo 7
El compañero que se cuenta en el censo de la Nueva Revelación no puede vivir de un modo diferente a los de más, sin embargo, es llamado por su conciencia a imprimir a sus actos la característica que le indica su convicción espírita.
Trabaja – no a la manera de una noria consciente a la que permanece atado por la cuerda de su ambición
desmedida, aniquilándose sin ningún provecho, Actúa construyendo.
Gana – no para retener el dinero o los recursos de la vida con fines usurarios. Posee auxiliando.
Estudia – no para convertir su personalidad en una vitrina de condecoraciones académicas, sin ningún valor para la humanidad. Aprende sirviendo.
Predica – no para consagrarse en torneos de oratoria y elocuencia convirtiendo la tribuna en un supuesto altar de su endiosamiento. Habla edificando.
Administra – no para ostentar su poder en los círculos sociales sin respetar la responsabilidad que pesa sobre sus hombros. Dirige obedeciendo.
Instruye – no para transformar a los aprendices en ovejas a las que somete a una constante esquila, sacando de ellos retribuciones y ventajas económicas y sociales. Enseña ejemplificando.
Escribe – no para exhibir pomposamente su conocimiento del diccionario o rendir homenajes a las
extravagancias de los escritores que hacen de la literatura una complicada escalera que utilizan para subir ellos solamente. Escribe ennobleciendo.
Cultiva la fe – no con la intención pretenciosa de asir el cielo teológico por medio de un éxtasis inoperante, comparando falsamente a Dios con un tirano amoroso afectado de caprichos y privilegios. Cree realizando.
El espírita vive como los demás, pero en todas las manifestaciones de la existencia está llamado a servir al prójimo a través de sus acciones.
Fuente del libro Conducta Espirita - por el espíritu André Luiz - Psicografiado por Waldo Vieira
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